el Comité de Sommeliería Popular se embarcó en una compleja tarea: ratificar o rectificar, como dicen las malas lenguas, que las cervezas uruguayas son muy superiores a las argentinas en términos de color, perfume y, sobre todo, sabor. durante las arduas sesiones de cata desarrolladas en las playas de Colonia, entre asado fútbol y wiki, un intengrante del Comité comenzó a experimentar las alucinaciones propias del exceso, creyéndose el Comandante Chávez. Dijo:
—soldado, ¿de qué es esa fábrica?
—es la fábrica de la cerveza Pilsen, mi comandante.
—¿la mejor cerveza del Mercosur?
—sí mi comandante.
—exprópiese.
